El falso techo de madera es un elemento constructivo fabricado en madera y colocado a cierta distancia del forjado o techo propiamente dicho, formando de esta manera un espacio llamado plenum que habitualmente se aprovecha para el paso de tubos y cables de las instalaciones de un edificio (electricidad, telefonía, comunicaciones, calefacción y aire acondicionado, seguridad, etc.).
El falso techo de madera es muy utilizado en oficinas, comercios y diferentes edificios públicos y dotacionales porque ofrece a la vez versatilidad y estética. También se trata de un elemento clave cuando hablamos de eficiencia energética de un edificio. La eficiencia energética en la construcción habla de aquellas acciones y decisiones encaminadas a una reducción de las necesidades energéticas de un edificio, es decir, intentar que un edificio ofrezca las mismas comodidades (temperatura, iluminación, etc.) con un consumo de energía menor. Y en este punto el falso techo de madera tiene mucho que ofrecer.
El falso techo de madera reduce el consumo de energía destinada a la climatización de las estancias de un edificio. Al rebajar la altura del techo se reduce la cantidad de m³ de aire que debemos calentar o enfriar para conseguir el mismo grado de comodidad térmica. Además, la cámara de aire que se forma en el plenum actúa también como aislante térmico y acústico de la estancia.
Por otro lado, el falso techo de madera permite, por lo fácil que es de limpiar, reparar y sustituir, un mantenimiento del techo óptimo y actualizado, evitando fugas térmicas que pudieran reducir el ahorro energético en un edificio.
Gracias al uso del falso techo de madera la certificación energética de un edificio estimará que este necesita menos energía para su climatización y, por consiguiente, que la emisión anual de Kg de CO2 que se arrojan a la atmósfera por este motivo también es menor.